9 de octubre de 2013

Martes.

Salir de amarillo, para tentar a la suerte, y que la suerte me tiente a mi poniéndome una litro camuflada de plástico verde en mis manos. Y beber un martes como si no hubiera miércoles. Ayudado por vodka, blanco, morado y de todos los colores, olvidar que la aceleración normal es la velocidad al cuadrado partido del radio de curvatura, y perdido en la curvatura de tu sonrisa volver a beber de eso que sabe a -me-parece-que-hoy-no-duermo-sin-soñar- y dar otro trago a tu recuerdo para acabar brindando con los labios de aquella a la que, en vez de su zapato, me de un buen trago a su cubata.

Y mañana, miércoles de resaca, dar las gracias a Cervantes, por un martes de tientos, también a la suerte; vestido de amarillo, una litro y mucho vodka; mientras en una noche de frío y estrellas, besarte tus labios secos, sabor melancolía.

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