21 de julio de 2014

Crónica de una juventud abandonada.

Sus ojos verdes, de una hermosura maligna -como llamaría Cortázar a la locura de su mirada- habían llorado el polvo del susurro del recuerdo. Habían olvidado la realidad de los sueños, y el placer del insomnio. Sus ojos habían gritado, habían pedido auxilio al vacío del pasado, habían sangrado la vida y vivido el dolor. Habían cantado veinte canciones desesperadas y un sólo poema de amor; que había llenado de metáforas cada pestañeo, cada caricia a la eternidad perdida.
Silencio.
Soledad.
Invierno. 
Crónica de una juventud abandonada.

7 de julio de 2014

415

Creo que se me ha metido algo en el ojo.
Creo que es la vida.
Creo que se escapa.

Y yo miro, 
porque no se qué hacer. 
Miro esas manos deshechas, 
esa mirada perdida,
ese olor a pasado.

Y veo las lágrimas,
veo los suspiros
y las noches sin dormir.
Veo números. (Que ya no cuentan besos,
                        ni momentos)
Números sin futuro.
415.
Puto 4, jodido 1 y maldito 5;
cuánto dolor esconden,
cuántas realidades arrancadas...

Y sigo sin saber que hacer.
Sigo sin saber que decir.
Sigo sin saber que sentir.

Se me ha metido algo en el ojo.
Creo que (te) necesito llorar.