6 de abril de 2014

He arañado un final al viento.

He arañado un final al viento. Un final con susurros, pero sin más despedida que nuestros versos, sin más despedida que una noche de insomnio, a la luz de la poesía.
He sangrado tinta demasiadas veces y ahora tengo los bolis secos... Demasiadas madrugadas esperando a escribirte, esperando a vivir.
Y joder, tu tan lejos, sin finales en el mundo de la eternidad, sin miedo a tratar mal las metáforas y que estas lloren y llenen todo de tachones, como si las palabras hubieran bebido demasiada cerveza...
He soñado con quedar escrito en tu cuerpo, con tatuarte un verso en la clavícula, junto a Madrid. -He arañado un final al viento- en tu piel, rozando tus lunares, que cuando te mires al -espejo-roto-de-mala-suerte- lo leas y te den ganas de ganar miles de finales a la vida, cientos de suspiros al viento... De eso, que a mi ya no me queda.

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